AVÍO DEL ALMA

miércoles, 30 de diciembre de 2015

FINAL DEL AÑO

Finaliza el año

Señor, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te agradezco por todo cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y mis amigos de siempre, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero, Señor, hoy también quiero pedirte perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho. Perdón por vivir sin entusiasmo.
Por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora no te había presentado.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios.
Pronto iniciaremos un nuevo año y ante el nuevo calendario aún sin estrenar, te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivir.
Hoy te pido para mí y los míos la paz, la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y sea capaz de derramarlas a mi paso.
Lléname de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de Ti.
«Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad»

Esta oración está sacada del TOMO II de “REFLEXIONES PARA EL ALMA”, libros recomendados en el Blog:

“Avío del alma”, del P. Feli.

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miércoles, 23 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD




¡¡¡ Feliz Navidad !!!

Desde hace más de 2000 años, el 25 de diciembre, la mayor parte de la humanidad celebra mi cumpleaños. Normalmente hacen una gran fiesta en mi honor y supongo que este año sucederá lo mismo.
Es bueno saber que al menos un día al año algunas personas se acuerdan de mí.
Cuando al principio empezaron a celebrar mi cumpleaños, era para agradecerme por todo lo que había hecho por ellos, pero ahora, muy pocos saben por qué y para qué se reúnen.

 Recuerdo que en una de estas fiestas, había un cartel, que decía: “Bienvenidos hoy celebramos el cumpleaños de Jesús”. La decoración era muy hermosa, la mesa estaba llena de comida deliciosa y sobre todo, había un montón de cajas llenas de regalos.
Me sentí muy feliz y pensé lo bien que iba a pasar esa noche, hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una fiesta en mi honor, como esta.
Comenzaron a llegar los primeros invitados que hablaban animadamente, pero comencé a notar algo raro. En ninguna de las conversaciones hablaban de mí, nadie me nombro en ningún momento. De pronto todos se sentaron a la mesa y comenzaron a comer, sin darse cuenta de que no había ninguna silla para mí y ni siquiera dijeron: “Feliz Cumple” 

Así fueron pasando las horas mientras yo contemplaba la situación desde un rincón.
Pero pensé que quizás alguno de estos regalos podría ser para mí y por eso decidí quedarme y esperar.

Antes de medianoche, llego un anciano de barbas muy blancas y todos los niños corrieron hacia el gritando ¡Santa Claus!, parecía que el hombre era el encargado de repartir los regalos. En este preciso instante sonaron las campanadas que anunciaban la media noche y todos comenzaron a besarse y abrazarse sin hacerme el más mínimo caso.
Como estaban repartiendo los regalos, me acerqué a ver si alguien me daba el mío, pero no, nadie me dio nada.
Comprendí entonces que yo no tenía nada que hacer en esa fiesta y salí de ese lugar con una gran tristeza en mi corazón.

¿Por qué te cuento todo eso, te preguntaras?
Pues te lo cuento porque quiero decirte, que como casi nadie me invita, yo voy a hacer mi propia fiesta. Será una fiesta fantástica, maravillosa, como jamás nadie se ha imaginado.
Ahora mismo estoy haciendo los últimos arreglos y enviando las invitaciones. Espero que  ya hayas recibido la tuya, de hecho, constantemente te estoy mandando invitaciones. 

Si quieres estar en mi fiesta, tendrás que decírmelo para que pueda reservarte un lugar y escribir tu nombre en mi lista de invitados. Porque aquellos que no respondan a mi invitación no podrán asistir.
¡Cuánto deseo verte en mi fiesta!

Quisiera que esta Navidad me permitas entrar a tu vida, que reconozcas que hace más de 2000 años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esta forma poder salvarte. Sólo quiero que tú creas esto en tu corazón y respondas a mi invitación.

"Por cierto prepárate porque cuando todo esté listo para la fiesta, te llevaré allí de sorpresa"
¡¡Feliz Navidad!!

Jesús





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jueves, 17 de diciembre de 2015

EL REY Y LA ROCA


EL REY Y LA ROCA EN EL CAMINO



Cuentan que un rey mandó colocar una piedra muy grande en medio de un camino y luego procedió a ocultarse para ver si alguien la movía.

Pasaron algunos de los comerciantes y cortesanos más importantes del reino y sencillamente la evitaron.

Muchos vociferaron culpando al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno trató de quitar la piedra del camino.

Pasó entonces un campesino con una carga de hortalizas al hombro. Al llegar al lugar donde estaba la piedra, echó su carga al suelo y comenzó a tratar de mover la piedra hacia la orilla del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró.

Mientras recogía sus hortalizas, vio una bolsa en el camino, en el mismo lugar en que había estado la piedra.

La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota en que el rey comunicaba que el dinero estaba destinado a la persona que quitase la piedra del camino.
El campesino aprendió lo que muchos han aprendido desde entonces: Cada obstáculo nos ofrece una oportunidad para mejorar nuestra condición en la vida.

REFLEXIÓN

Este sencillo cuento nos anima a participar en nuestra vida, a disfrutarla actuando, a no dejarla pasar sin más, esperando que sean otros los que pongan solución a las dificultades, a pensar que un obstáculo es realmente un reto y una oportunidad

Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la propia condición. ¡Si alguna vez cae, levántese y siga adelante!

Los obstáculos de la vida son para resolverlos, sin miedo y aprender de ellos, para nunca más repetirlos, o al menos saber cómo afrontarlos. Porque siempre habrá una `roca` en tu camino.

La indiferencia muchas veces no nos permite encontrar el verdadero valor a las cosas. En tanto y en cuanto insistas en conseguir tus objetivos, lograras despejar tu camino para llegar a tu meta.

No seas indiferente a las barreras que encuentras y trata por todos los medios de superarlos y obtendrás más tarde la satisfacción de la labor realizada.


jueves, 10 de diciembre de 2015

PETICIÓN DE JAIMITO

LA PETICIÓN DE JAIMITO 
POR NAVIDAD.

Se acercaba la Navidad y Jaimito escribió, como cada año, su carta a Jesús, aunque este año tenía una petición muy especial:

“Querido niño Jesús:


Este año me he portado muy bien, he sido muy obediente y he estudiado mucho, por eso quiero pedirte que me traigas una bicicleta nueva. 
Atentamente:
          Jaimito.”

Pero al colocar la carta junto al pesebre, se dio cuenta que la figura de la Virgen María lo miraba fijamente. Jaimito se sintió incómodo, y algo empezó a removerse en su conciencia, rompió la carta y escribió otra nueva.   

“Querido niño Jesús:
Este año me he portado más o menos bien, a veces he obedecido, aunque no he estudiado demasiado, pero por favor tráeme una bicicleta nueva, que la mía ya no da más.
 Cordialmente:    Jaimito.”   



Cuando se disponía a colocar la carta junto al pesebre, sintió de nuevo la mirada de la Virgen María que lo observaba fijamente. Nervioso, Jaimito sintió en su interior que eso no era cierto. Volvió a romper la carta y se dispuso a escribir otra carta nueva.

“Niño Jesús:


No me he portado muy bien este año, no he sido obediente y los estudios me fueron fatal, tanto que no he aprobado ninguna asignatura, ni Educación Física. Pero como tú eres bueno, y siempre tienes misericordia, a ver si lo demuestras y me traes una bicicleta. Yo te prometo que a partir de ahora me portaré bien.
 Sin más:    Jaimito.
Fue de nuevo al pesebre para dejar la carta, pensando que esta vez si que había sido sincero y que por lo tanto no habría problemas, pero se equivocó. La Virgen María seguía mirándole muy seriamente.

Harto de esta situación, rompió el sobre por tercera vez, tomó la imagen de la Virgen, la metió en una bolsa de plástico, la ató bien para que no se escapara, fue al placar, metió la imagen entre su ropa, cerro el placar con llave y escondió la llave.

A continuación Jaimito, con una expresión "extraña" en su rostro, escribió una nueva y definitiva carta:


“Jesús:
Tengo a tu madre secuestrada. Si quieres volver a verla, deja una bici al lado del pesebre. Por cierto no lo comentes con nadie, en especial con la policía.
Jaimito.” 



*************************************

Nos reímos porque es un cuento, pero es el fiel reflejo de lo que nosotros hacemos con Jesús. ¿Cuántas veces actuamos así con Dios?

Primero le pedimos poniendo como garantía a nuestra petición todos nuestros logros y buenas obras.

Si no funciona, apelamos a su amor y misericordia, con el único fin de que el chantaje emocional surta efecto y conseguir así lo que nos interesa.

Cuando comprobamos que Dios no se deja manipular, acabamos confesando nuestra realidad, pero no con arrepentimiento o ganas de cambiar nuestra conducta, sino simplemente como fórmula que creemos puede ablandar Su corazón.

Al final hartos de esperar su respuesta, actuamos a la desesperada y somos capaces de cualquier cosa para presionarlo.

Recurrimos al chantaje y le damos a Dios un ultimátum: “Si no me das lo que te pido, si no consigo tal cosa, si no encuentro el trabajo que busco, si no se cura tal persona de tal enfermedad… no voy más a Misa, no me confieso, no rezo más ni piso una Iglesia, y… si es preciso me cambio de religión”.

Así funcionamos, así somos, así nos comportamos. Tenemos más de “Jaimitos” y “Jaimitas” de lo que pensamos, y nos encanta “hacer Jaimitadas” pensando que así vamos a manipular a Dios.

Seamos sensatos… Dios no admite chantajes.

Así no funciona; ya lo dice la Palabra de Dios: “Pedís y no recibís, porque pedís mal. . .”


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sábado, 5 de diciembre de 2015

CAMPAÑA: "QUÉDATE CON EL CUENTO"

Comienza la Campaña de verano de
"AVÍO DEL ALMA" del P. FELI
en la Basílica de Itatí:

´´´´  P A R A    Q U E    T E    Q U E D E S       
             C O N      E L     C U E N T O ´´´´

    

 No dejés de regalarte uno de estos libros de "REFLEXIONES PARA EL ALMA".

También es UN REGALO INOLVIDABLE EN ESTA NAVIDAD y ESTE VERANO para las personas que más amas.


 Déjate sorprender: "A veces el mensaje de Dios llega en forma de ´´cuentito´´".
Si necesitás asesoramiento no dejes de buscar al P. FELI, que con gustó te atenderá y te aconsejará lo más oportuno de acuerdo a tu necesidad y al motivo de tu inquietud. 

Y te hago un desafío: "Si en la lectura de estos libros, no encuentras nada útil para tu vida, me lo devolvés en buen estado y yo te devuelvo tu plata".


Y si algún mensaje te llega al corazón, dejá que lo transforme, y si me querés hacer un favor, no dejes de compartirme tu testimonio.

Mamá María te bendiga, y vos....

 “quédate con el cuento".

     Cariños: P. FELI


jueves, 19 de noviembre de 2015

57 CENTAVOS

57 CENTAVOS

Esta historia real nos muestra lo que Dios puede hacer con solamente... 57 centavos.



Una niñita, Lidia, permanecía de pie sollozando cerca de una pequeña iglesia protestante a la cual se le había impedido su ingreso porque, según se le había dicho, había demasiada gente.
-     "No puedo ir a la Escuela Dominical"-, comentaba Lidia acongojada a un hombre que se le había acercado, que por casualidad era el pastor de esa pequeña iglesia.

Viendo su apariencia andrajosa y desgreñada, el pastor adivinó la causa de que no la dejaran entrar, y tomándola de la mano la hizo pasar y encontró un lugar para ella en las Clases Dominicales.

La niña fue tocada tan fuertemente por el Espíritu Santo que esa noche oró fervientemente al Señor por todos los niños que no tienen un lugar para reunirse y adorar en grupo a Jesucristo.

Pasados dos años, Lidia enfermó y murió en su casa, que estaba ubicada en uno de los sectores más pobres de la ciudad. Los padres de la niña llamaron al pastor que se había hecho muy amigo de Lidia, para que se hiciera cargo del doloroso asunto de su entierro.

Al estar moviendo el pequeño cuerpo de la niña, una cartera gastada de un color negro, que parecía haber sido sacada de un basural, cayó al suelo desde uno de sus bolsillos.

Dentro de la cartera encontraron 57 centavos y una nota que decía: "Este dinero es para ayudar a ampliar la pequeña iglesia, para que muchos niños puedan asistir a la Escuela Dominical."

Durante dos años, Lidia había estado ahorrando su ofrenda de amor. Cuando el pastor sollozando leyó la nota, supo inmediatamente qué era lo que debía hacer.

Tomó esta nota y la harapienta carterita negra, y al domingo siguiente desde el púlpito, contó la historia del amor desinteresado y de la devoción de la niña. Y desafió a la congregación, a mantenerse ocupados para reunir suficiente dinero para agrandar el edificio de la iglesia.

Pero la historia, de la vida real, no termina ahí.

Un periódico supo de la historia y la publicó.

Un vendedor de propiedades leyó la historia de Lidia  y le ofreció a la iglesia un terreno de unos cuantos miles de dólares. Cuando se le dijo que la iglesia no podría jamás juntar esa cantidad de dinero, él ofreció los terrenos por 57 centavos.

Además, se recibieron grandes donaciones de miembros de la iglesia y de lugares bastante retirados.

Al cabo de pocos años se pudo construir un lugar espacioso que no dejó afuera a ningún niño del sector.

La generosidad y el amor sincero de Lidia habían producido grandes dividendos.



"Porque todos aquellos echaron para las
ofrendas de Dios de lo que les sobra;
mas ésta, en su pobreza,
 echó todo lo que tenía para su sustento."
                                Lucas 21:4

En la ciudad de Filadelfia se encuentra el templo Bautista, el cual cuenta con una capacidad para 3,300 personas, y el templo de la Universidad, donde cientos de estudiantes son instruidos. La escuela de la iglesia alberga a cientos de escolares, para que ningún niño de la zona tenga alguna vez que quedarse afuera a la hora del estudio de la Biblia.
En una de las habitaciones de este edificio puede verse un cuadro del dulce rostro de la pequeña niña, cuyos 57 centavos ahorrados con tanto sacrificio hicieron memorable esta historia.
UNA HISTORIA REAL, QUE NOS DEMUESTRA LO QUE DIOS PUEDE HACER CON 57 CENTAVOS.


Y si tú en tu vida diaria pones tu granito de arena en todo lo que haces, ¿qué no podrá hacer Dios con eso?