AVÍO DEL ALMA

martes, 31 de marzo de 2015

AYUNAR... SIEMPRE... DE...

Ayuno de Cuaresma...
y durante el resto del año


Ayuna de juzgar a los otros;             
llénate del Cristo que vive en ellos.

Ayuna de palabras hirientes;
llénate de frases que purifican.

Ayuna de descontento;
llénate de gratitud.

Ayuna de enojos;
llénate de paciencia.

Ayuna de pesimismo;
llénate de optimismo.

Ayuna de preocupaciones;
llénate de confianza en Dios.

Ayuna de quejarte;
llénate de apreciar lo que te rodea.

Ayuna de las presiones 
que no cesan;
llénate de una oración 
que no cesa.

Ayuna de amargura;
llénate de perdón.

Ayuna de la importancia de ti mismo;
llénate de compasión por los demás.

Ayuna de ansiedad personal;     
llénate de esperanza eterna en 
Cristo crucificado.


Ayuna de desaliento;
llénate de esperanza.


Ayuna de pensamientos 
de debilidad;
llénate de las promesas que inspiran.

Ayuna de todo
lo que te separe 
de Jesús;
llénate de todo 
lo que te acerque 
a Él.







domingo, 22 de marzo de 2015

DE TODAS MANERAS



Hacer el bien siempre y a todos; 
el mal nunca, a nadie
(San Luis Orione)

De todas maneras


(Letrero en la pared de Shishu Bhavan.
 La casa para niños en Calcuta 
de la Orden de la Madre Teresa)


Las personas no son razonables, 
son ilógicas y centradas en si mismas,

AMALAS DE TODAS MANERAS.


Si haces el bien, te acusarán
de tener motivos egoístas,

HAZ EL BIEN DE TODAS MANERAS.


Si tienes éxito ganarás falsos y verdaderos enemigos,

TEN EXITO DE TODAS MANERAS.

El bien que hagas se olvidará mañana,

HAZ EL BIEN DE TODAS MANERAS.


La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable,

SE HONESTO Y FRANCO DE TODAS MANERAS.


Lo que te tomó años en construir puede ser destruido en una noche,


CONSTRUYE DE TODAS MANERAS


La gente de verdad necesita ayuda pero te podrían atacar si lo haces,

AYUDALES DE TODAS MANERAS



Dale al mundo lo mejor que tienes y te patearán en los dientes,

DALE AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES DE TODAS MANERAS



Días atrás he recibido un mensaje y se lo he pasado a mis amigos:

Cuando se quiere hacer algo, se busca el cómo hacerlo;
cuando no se quiere hacer, se encuentran mil disculpas”.

REFLEXIÓN

     Vamos a releer el texto a la luz de esta verdad categórica:
      Si no queremos amar a los demás... encontraremos mil disculpas para no hacerlo. Pueden ser todo lo jodidos que queramos, y no vamos a discutir que hay personas muy jodidas, pero si buscamos el cómo, encontraremos al menos un modo de amarlos.
     Si hacemos el bien, podemos encontrar personas que se aprovechen de nosotros. Incluso nos mal interpretarán. Y no nos lo agradecerán nunca ni lo reconocerán. Esa no es disculpa para no hacer el bien.
     Si tenemos éxito en la vida, encontraremos personas que nos aplaudirán; otras nos criticarán; algunas nos apoyarán, otras nos envidiarán y tratarán de derribarnos. Esa no es disculpa para quedarnos en la mediocridad.
      Si somos honestos y francos, nuestra sola presencia creará incomodidad. Vivimos en un mundo de corruptos, de falsos, y de dobles caras. Si vas por la vida con una cara sola... te la terminarán rompiendo. Esa no es disculpa para hacer de tu vida un continuo carnaval lleno de “mascarás”.
     Cuida lo que tienes, comenzando por tus afectos, tus valores, tu salud y tu fe. Y no busques disculpas para no hacer las cosas. El mundo no lo cambian las personas que se lamentan de lo mal que está todo, sino los que, viendo lo mal que está, están convencidos que se puede hacer algo, y buscan cómo hacerlo.
      ¿Y vos? ¿De qué bando estás? ¿De los que buscan cómo hacer las cosas, o de los que siempre encuentran mil disculpas? 

lunes, 16 de marzo de 2015

Y TÚ, ¿DE QUÉ ESTÁS LLENANDO TU VIDA?

Los tres hijos y la herencia



      Cuentan de un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo:

-   “Tengo muy pocos bienes que repartir entre ustedes. No quisiera dividir en tres partes lo que poseo. He pensado, si les parece, que todo lo que poseo se lo voy a dar al que, de ustedes, se muestre más hábil, más inteligente, más astuto, más sagaz.
     Los hijos se miraron y asintieron diciendo:
-        Nos parece muy bien.
         El padre les dijo:
       - He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de ustedes. Tomadla. El que compre con esa moneda algo con lo que se puede llenar esta habitación completamente se quedará con todo.

Los tres hijos tomaron la moneda y se fueron.

El primer hijo compró con ella paja, pero solo consiguió llenar la habitación hasta la mitad.

El segundo hijo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la habitación mucho más que el anterior.

El tercer hijo solo compró un pequeño objeto: era una vela. 
Espero hasta la noche, encendió la vela y se llenó toda la habitación de luz.

Este último se quedó con la herencia del padre.


PARA LA REFLEXIÓN

     
 Dios me ha dado una moneda que es mi vida. La herencia que Dios me ha prometido, por suerte, es muy grande: la Vida Eterna. Y esa Vida Eterna depende de como yo "invierto” la moneda que me ha dado: MI VIDA.

     Es muy importante que yo sea consciente de qué estoy llenando mi vida. Puedo llenarla de cosas que me ocupan espacio, tiempo, desgaste personal, salud...

       Es importante llenarla de LUZ. Jesús quiere estar presente en mi vida para iluminarlo todo. Quizás parezca que es inútil rezar, ir a misa, confesarnos, celebrar los sacramentos. Pero sólo cuando estamos a oscuras sentimos la necesidad de la luz.

Y tú, ¿de qué estás llenando tu vida?



ORACIÓN

Hola Jesús, amigo, hermano, y Dios mío..
Quiero dejarte vivir en mi corazón,
para que puedas hacer de mí la mejor de las personas que yo pueda ser.
Una vez dijiste que tus amigos son la luz del mundo.
Me gusta eso de ser luz,
de iluminar a todos los que me rodean con la luz de mi solidaridad,
para hacer que los que están tristes vivan en una fiesta;
para hacer que los que viven la oscuridad del rechazo,
disfruten la luz y el calor de la compañía;
para hacer que los que lo ven todo negro
lo vean todo de color esperanza.
Quiero decirte sí, Jesús.
Quiero que vivas en mí,
porque no me gusta la oscuridad,
la oscuridad donde me encierra mi egoísmo,
la oscuridad donde me atrapan mis enfados,
la oscuridad donde me hunden mis caprichos,
la oscuridad de tantas cosas malas de este mundo.
Quiero decirte SÍ, Jesús,
para que me llenes de tus luces de colores,
colores de alegría, de esperanza, de vida.
Quiero que me ayudes a sentir el calor de tu luz de amistad dentro de mí
porque así podré ser para los demás tu luz y calor de amistad,
con mi forma de obrar y actuar.
Así podré ser luz de esperanza

para los que me rodean cada día.

domingo, 8 de marzo de 2015

LA CERCA Y LOS CLAVOS


LA CERCA Y LOS CLAVOS



Había una vez un niño que tenía muy mal carácter. 

Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debía clavar un clavo en la cerca que había atrás de la casa.


El primer día el niño había clavado 37 clavos en esa cerca.

Al paso de las siguientes semanas, mientras aprendía a controlarse, el número de clavos puestos en la cerca empezó a aminorar cada día. El niño descubrió que era más fácil controlar su temperamento que estar poniendo clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el niño pudo dominarse y ya no perdió el control. Vino y se lo dijo a su padre y éste le indicó al niño que ahora sacara un clavo por cada día que pudiera controlar su carácter y no enojarse.

Los días pasaron y el niño pudo al fin terminar de sacar los clavos, y fue y dijo a su padre que ya había sacado todos los clavos que anteriormente había clavado en la cerca.

El padre tomó al niño de la mano y, llevándolo junto a la cerca, le dijo:


-      “Lo has hecho muy bien, hijo mío, pero mira todos esos agujeros que quedaron en la cerca. La cerca ya nunca será la misma de antes.”


REFLEXIÓN



Cuando ofendes de palabra, o haces o dices cosas con bronca e ira, esas palabras dejan una cicatriz en el otro como esos agujeros en la cerca.

Es como clavar un cuchillo a alguien. Aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha.

No importa cuántas veces pidas disculpas y digas que lo lamentas; la herida va a permanecer allí.


Y recuerda que, “una herida verbal” afecta tanto como una herida física.